Esa sensación de libertad que te da el hecho de no depender de tus padres, si no de tus mismos pies y de las personas que te quieran acompañar.
Me recuerda a esa sensación que sentí en Mérida cuando estando en una montaña veías hacia abajo y el viento rodeaba tu cuerpo, algo así, algo como lo que describió mi papa cuando me hablo sobre su primera moto a los 12 años que solo uso para dar la vuelta a su casa, pero era la misma sensación, algo así como la de mi mama cuando la dejaron salir a jugar por primera vez con su hermana al par, algo así.
O no, quizás solo este inventando un castillo mental nuevamente, o solamente me siento mal y a eso se debe la sensación, quien sabe.
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